23° Crónica: SALTA

Provincia de Salta

¡Hola!

Sí, ya sabemos que hace poquito que hemos escrito la 22° crónica, pero es que nos pilla muy bien poner ésta tan pronto porque estamos en Salta. En un hostalito, "Posta Vieja", que tiene internet y es muy cómodo. Así satisfacemos a los más enganchados y damos trabajo a los más rezagados, que se les amontona el trabajo de leer crónicas atrasadas. Además, nuestras MAMÁS lo agradecerán ¡¡VA POR ELLAS!!

Día 27/6 (0 km) ¡Qué cómodos somos cuando estamos a gusto! No porque el pueblo de Cafayate fuera una maravilla, sino porque el bifé de chorizo no satisfizo nuestros paladares gourmettes y decidimos hacer en el camping nuestra propia "bifeada". Brasas, vino Etchart (tinto cafayatano del 2004 con raíces vascas) y carne pa saciar canibalismos. Un placer. Así sí, con carne elegida por nos y puesta en parrilla "vuelta y vuelta", no como estos mangarranes de argentinos, que carne que echan al fuego, la chamusquean como suela de zapato ¡qué desperdicio!

Día 28/6 (51 km) Salimos de Cafayate para emprender uno de los recorridos más estimulantes del viaje: la QUEBRADA DE LAS CONCHAS. Simplemente inigualable. Algo fuera de lo habitual. La locura del fotógrafo. La ruta serpentea junto al río las Conchas y excava un relieve de cárcavas multicolores, sinclinales imposibles, formaciones orográficas en equilibrio, cañones tallados con manos de artista, valles caprichosos y huellas profundas sobre una tierra moldeable a gusto del viento y del agua torrencial (¡qué bien nos ha quedado la descripción!). El viento en contra fastidiando la bajada, una hora de charla con el alfarero ubicado en el "Obelisco" y una noche junto al río después de que un atardecer mágico tiñera las montañas de rojo (¡¡Olé, olé, olé!!).



Día 29/6 (95 km) Nos despertamos de un sueño y pedaleamos por otro. La Quebrada de las Conchas todavía duraba 50 km más. Llegamos al "Anfiteatro", nos metimos dentro. En la "Garganta del Diablo" nos sobrecogimos (en castellano, no en argentino, je, je). Allí estaba Hugo, el alfarero dueño de las tierras donde dormimos. Seguimos bajando, ese día sí, con el viento a favor y pasamos por Alemania... ¿¿¡¡..!!?? sí, un pueblo mutante sin nada, una estación de tren abandonada reconvertida en centro de artesanía. Nos encontramos con una pareja de Boston. Llevan 9 meses desde que salieron de allí (¡¡Vaya media!!). Entramos en el valle de Salta, un vergel lleno de plantaciones de tabaco y otros. Acampamos a 6 km de ruta, en un embalse, Dique Cabra Corral, porque no encontramos nada mejor.

Día 30/6 (72 km) Jueves, había que hacer un esfuerzo y llegar a Salta, por lo menos un día antes del fin de semana. Pedaleamos dándole bastante caña, un recorrido muy verde, nada parecido a los desiertos de hace dos días. Esto tiene otro color. Más limpios y ordenados, no parecen argentinos. Fincas bien cuidadas, grandes haciendas con jardines impecables, otra sensación, buenas vibraciones. Llegamos a Salta como quien llega a una gran ciudad, 10 km de entrada, coches, buses, camiones, pitos, polvo, humos, fábricas y semáforos ¿¿¿dónde están las grandes llanuras solitarias??? Todo son calles repletas de carteles luminosos, tiendas y sobre todo mucho turismo. Un bombardeo, esto está explotadísimo. En turismo nos desinformaron (como siempre) y buscando el camping nos metimos en el Hostal Posta Vieja, bastante más céntrico y cómodo.

Día 1/7 (0 km) ¡¡¡Entramos en Julio!!! Eso suena mucho, parece increíble. Una noche en el hostal un poco coñazo, gente hablando hasta las 6 de la mañana ¿¿¿dónde están esas grandes llanuras solitarias??? En fin, la gran ciudad tiene estas cosas. Hemos llevado la bici de Gorka al taller para una puesta a punto y limpieza de ejes (malos componentes que te venden como buenos, ojo Oskar!!), cambiamos dinero y callejeamos por la ciudad como dos peatones más. Una comida en el mercado de frutas, verduras, carnes y otros variados como artesanías, ropas autóctonas o tecnología de feria. Muy chulo, acogedor.

Gracias a Teresinha y Lobo por ser nuestros fieles seguidores y protagonistas de la sección de comentarios. Y para corresponder a un deseo ahí van unos desvaríos:

"Qué fácil es pedir un verso
cuando cómodamente sólo has de leerlos
y no como nosotros, comerte el seso
para unirlos, enlazar y componerlos.

Si Lobo se ha erigido en el maestro
dócil, grácil, de rima hábil
para mí, Teresinha, no es tan fácil
pues soy zurdo, torpe y poco diestro.

Pero al hacer pública una petición
se lanza al aire un desafío
algo serio que lo acepto y no me rio
ni le pongo norma, regla u condición.

Ahora a los demás os propongo
al igual que Alejandro nos responde
sin importar el cómo ni el dónde
que escribáis algo molongo."

A los demás, como siempre, ¡¡Que les vaya bonito!!